Un proceso
Tenía 15 años y en la clase de matemática, tenía, encima de mi mesa, un libro (cerrado) de filosofía china.
La profesora pasa por mi lado, ve el libro y me pregunta ¿Usted está leyendo eso?.
Si, le respondo con una mezcla de orgullo y alegría. Repito: tenía 15 años.
¡Sabe que no parece!. Me responde la adulta con título de profesora.
Yo le pregunto a la profesora (adulta y con título) ¿Usted lo leyó?.
Si. Me responde brevemente.
¡Sabe que no parece!. Le contesto.
........................................
La "cultura de la inmediatez", no es de ahora. Desde siempre existió la gente ansiosa, poco paciente o estúpidos/as como mi profesora de matemática, que pretendía que un adolescente hablara o se comportara como un viejo sabio chino.
Varias veces en mi vida, ante ciertos comportamientos o respuestas mías, en algunas situaciones, algunos decían la frase: ...y vos que lees tal cosa ¿Cómo tenés esa actitud?
Como que por leer uno o tres libros mágica e inmediatamente uno se convierte en un iluminado. Sin importar su edad, cultura ni nada. Si lees a estos autores, sos un sabio.
De modo automático y de inmediato.
Lo que sucede hoy es que, se crearon herramientas que alimentan al ansioso. Hasta los años 90 había que escribir una carta, llevarla al correo y al otro le llegaba en una semana o en 20 días (si le llegaba).
Hoy, que podemos vivir la vida cotidiana del otro en tiempo real, es un paso gigante en la fluidez de la comunicación. Pero también de la ansiedad.
Todo es un proceso y olvidamos esa parte. Es un proceso aprender a habla, caminar, manejar. Incluso fue un proceso llegar a crear las herramientas de comunicación fluída de hoy. Desde las señales a otros con banderas hasta el whatsapp, pasaron miles de años.
Si se entiende lo del proceso, vivirás más relajado y sino vivirás en un estado de ansiedad permanente.
Cada uno elige.
César G. Monteghirfo

Comentarios
Publicar un comentario