Está bien estar mal
Hace poco, un amigo que está pasando por un momento difícil me dijo una frase que me dejó pensando. Ante mi básica pregunta: ¿Cómo estás?
Su respuesta fue: Estoy bien, porque estoy mal.
Es decir, consideraba que era bueno sentirse mal debido a su difícil momento. Lo preocupante sería que se sintiera bien.
Eso me hizo pensar en todo lo que nos venden para que estemos ¡SIEMPRE BIEN! y ¡SIGAMOS ADELANTE!, sin importar lo que nos pase. Nos ofrecen pastillas, salidas, diversiones, y más pastillas, etc. Sin ningún cuestionamiento, hay que seguir activo, solo por seguir. No importa si te duele algo, si tu hijo está enfermo o te quedaste sin trabajo.
Hay que estar bien, hay que seguir activo, hay que estar en movimiento. Hay una obligación de rendir, ser efectivo, ser siempre un 10. Y parece prohibido estar mal, replantearse, repensar, planificar.
Se propone un estilo de vida impulsivo, en lugar de reflexivo.
Y no todo es fuerza de voluntad, no todo es cuestión de actitud, no todo se resuelve en movimiento. A veces hay que detenerse, mirar a los lados, tomar decisiones, pensar en otras opciones, pasar por malos momentos, sentirlos, vivirlos y luego... luego ver en qué dirección caminar, pero luego.
Está bien estar mal.
César G. Monteghirfo

Comentarios
Publicar un comentario