Asumir la elección

 

Si alguien, mayor de edad y con sus facultades psicológicas aptas como para vivir en la sociedad, decide salir a la calle sin ningún calzado.

La responsabilidad de lo que le pase en sus pies es 100% de la persona. Fue su decisión.

Por lo tanto, como fue su decisión, no se puede quejar ante ningún organismo estatal o privado, de que se lastimó el pie. Y no tiene ningún sentido que exija que alfombren toda la ciudad, porque tiene ganas de caminar descalzo.

Hoy pasa exactamente esto. Gente que se percibe del sexo opuesto al que nacieron y pretenden que el mundo los entiendan. Y exigen ser tratados como ellos creen, responsabilizando a los demás por su percepción. 

Una cosa es ser empático, inclusivo y tolerante y otra muy distinta es aceptar caprichitos de gente que tiene grandes problemas no resueltos en su vida.

César G. Monteghirfo

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