Memoria no es Sabiduría


El saber es más que  la acumulación o sumar de información o datos. En su esencia, saber es un proceso profundo de asimilación, reflexión y transformación. Para lograrlo es fundamental explorar las diferencias entre saber, memorizar, y el impacto transformador del conocimiento verdadero.

Memorizar, en su forma más básica, es el acto de retener información en la mente. Es una habilidad que permite repetir datos, citas o conceptos con precisión, pero sin necesariamente comprender su significado. La memoria puede ser un instrumento valioso en el proceso de aprendizaje, pero no garantiza, por sí sola, el desarrollo de un saber.

El saber, en cambio, involucra una integración más profunda. Este tipo de saber transforma a la persona que lo adquiere. Implica un cambio en las actitudes y en la manera de actuar. Por ejemplo, para ser carpintero es necesario martillarse los dedos varias veces.

Aquí surge la cuestión de la autenticidad del conocimiento cuando se cita o combina información de diversas fuentes. La capacidad de relacionar frases, ideas y conceptos de diferentes épocas, culturas y tradiciones puede ser un ejercicio interesante y revelador. Sin embargo, este enfoque tiene sus riesgos si no se hace con rigor y respeto por el contexto original de esas ideas. La selección arbitraria de frases que "encajan" para construir un discurso coherente puede resultar en una narrativa que, aunque parezca sólida, carece de profundidad y fidelidad a las fuentes originales. Este tipo de mezcla a menudo da lugar a una ilusión de universalidad o consenso que puede ser engañosa.

Recitar un amplio número de autores, libros o ideas puede impresionar, pero no siempre indica una comprensión real o una transformación personal.

El problema se agrava en un mundo donde la mediación tecnológica facilita el acceso a vastas bibliotecas de información. Esto plantea un desafío para distinguir entre quienes han cultivado un saber profundo y quienes simplemente acceden a información. Tener una biblioteca no es garantía de sabiduría.

El saber auténtico no solo se refleja en el contenido que una persona puede compartir, sino también en la coherencia entre lo que dice, lo que hace y cómo vive. Un conocimiento que no transforma a la persona que lo posee queda reducido a un ejercicio intelectual vacío.

César G. Monteghirfo

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