Después

 

La vida es eso que pasa entre un "después te llamo" y un "después nos vemos".

La vida sucede, se vive, transcurre en el presente. Amás y odiás en el presente; nadie ama u odia a futuro. Nadie es operado, contratado o despedido en el futuro o pasado. Todo sucede en el presente.

¿Qué sucede después que decimos "después"? ¿Dónde mueren esos después? ¿Por qué postergamos? Nos tomamos tiempos como si fuéramos eternos y perdemos el tiempo (el nuestro y el de otros).

No hay "después". Nadie es quien fue o quien será. En cualquier foto vieja lo verás. Esa charla que postergaste, ese beso que no diste, esa puteada que te censuraste: si algún día decides hacerlo, se lo dirás o harás a otra persona, no a quien originalmente quisiste invitar, besar o insultar. Podrá tener ciertos gestos, rasgos o similitudes de aquel a quien quisiste u odiaste, pero ya no es aquel; es este, en el presente.

Los sentimientos, los momentos, las palabras, las risas y las lágrimas no se depositan a plazo fijo en el banco para que en 30 días te den un 7% más de sentimientos o abrazos. No ocurre eso. La vida pasa en el presente. No hay "antes" (ya está muerto) ni "después" (no sabemos si llegará ni cómo llegará). Y lo que no besé hoy, mañana no podré besar por hoy y mañana. Siempre besaré en presente.

Ese café que postergaste ya lo perdiste. ¿Cuántos cafés más vas a perder?

Gracias por leer.

César G. Monteghirfo

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