Darme tiempo

 


Está muy bien y el mundo no se detiene si: cancelamos alguna salida, no contestamos algún mensaje o nos quedamos algún tiempo solos.

Una situación es buscar algunos momentos de tranquilidad para recuperar fuerzas, organizarnos, planear bien lo que queremos hacer. Así elegimos el modo y el momento para actuar. Pero otra cosa es dormir 11 horas por día, diciendo que me estoy tomando mi tiempo.

Está genial la etapa contemplativa de ir a la playa a mirar el horizonte, pero eso, en sí mismo, no nos modifica, ni a nosotros ni a nuestra realidad. No cambia nada, solo es dejar pasar el tiempo.

Por lo tanto, más que darme un tiempo, estoy perdiendo tiempo. Y tiempo es igual a vida.

No hay que confundir darnos tiempo con boludeo.

Gracias por leer

César G. Monteghirfo



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Trascendencia

¿Vejez digna?

¿Quién te apresa?