Creyente por moda
Están muy extendidas las "frases sabias", "consejos sabios" o "cuentos sabios", que se le adjudican al budismo, sobre todo al Budismo Zen, no porque sea mejor, sino por mayor publicidad.
Lo irónico es que más de la mitad de estas narrativas no tienen relación alguna con el Budismo ni con el Zen. Pero hay escritores que han hecho y hacen mucho dinero escribiendo cuentitos con aroma a budistas, aunque no sepan nada de budismo.
Esta comercialización de imágenes, cursos, libros, retiros y meditaciones con estética budista ha generado una tendencia general: personas ignorantes del tema compran, pagan, se inscriben e incluso se autodenominan budistas, solo porque hicieron algún curso de reiki, feng shui o mahi kari... que nada tiene que ver con el budismo.
Este negocio del "budismo fácil" provoca que la gente compre y decore sus casas con imágenes religiosas budistas, que tienen diferentes y profundos significados, pero el público las compra porque quedan atractivas en la casa.
Pero en sí eso no es un problema. Lo contradictorio es que esa misma persona que tiene una o más imágenes religiosas budistas no decoraría su casa con imágenes católicas. Y capaz que fue bautizada o tal vez se casó por iglesia, pero eso lo ven como cosas distintas, las disocian.
En todo Occidente, la religión judeocristiana, con sus mil variantes, es la que tenemos más difundida, la que está más cerca, la que conocemos más, aunque sea de forma superficial. Sin embargo, se opta por ideas, conceptos y maneras que son muy extraños a nuestros modos.
Antes de leer un koan, practicar zazen, hacer kin hin, cantar un sutra, mantener un mondo, estudiar las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Camino... antes de todo esto y mucho más:
¿Intentaste ser un buen católico practicante? ¿Te bautizaste, confesaste, fuiste a misa? ¿Cumpliste con todos los requisitos que la iglesia te pide?
O... ¿fuiste a la sinagoga y cumpliste con todos los requisitos para ser un judío creyente?
Si no lo hiciste, ¿por qué no lo hiciste? Ser budista no es ni mejor ni más fácil.
¿Qué te hace pensar que serás un buen budista si no fuiste o sos un buen católico?
Ser un buen practicante religioso exige muchos esfuerzos poco comunes, cuando no siempre se obtienen resultados inmediatos y visibles. Ir a una iglesia o tener una creencia no es como ir a un gimnasio o hacer dieta.
Son necesarias décadas de práctica seria, profunda y sincera para, tal vez, conseguir algo... y solo algo.
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César G. Monteghirfo
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