Contar con nuestros silencios

 


 Siempre estamos contando nuestra historia.

Contamos como fuimos educados, en que creemos, si nos amaron, si amamos, y contamos mucho más de lo que pensamos.

Aunque no digamos una sola palabra de nuestra vida, igual nos pasamos todo el tiempo hablando de la vida que tuvimos y tenemos (en algunas circunstancias, de la que quisiéramos tener).

Según como te relaciones con los demás, si sos el que necesita siempre contar un chiste o sos el callado, distante, serio, tal vez seas el que viste de colores extravagantes o el que se viste todos los días con el mismo color y casi la misma ropa. Los trabajos que tuvimos y tenemos, las amistades que tuvimos y tenemos.

Tal vez seas el que siempre esté organizando la nueva salida o quien se enamora perdidamente por una semana. O también podés ser el estudioso, el de los hobbies o sos el que siempre arregla todo.

Cada una de las actitudes que tenemos (y las que no tenemos), lo que decimos  (y lo que callamos), todo habla de nosotros. El vocabulario que usamos, los gestos, las situaciones cotidianas que aceptamos o no y así la lista sigue y sigue.

Si prestamos atención en el otro, podremos ver todo lo que el otro cree que no muestra porque no lo dice, y lo intenta esconder. 

Una mirada atenta, "oirá" claro los sonidos de esos silencios.

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César G. Monteghirfo

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