¿Para qué adular?
El rico notó que uno lo dejó de seguir, ya no le decía ni le pedía nada, solo se sentaba bajo la sombra o al sol, depende del clima.
Y el hombre con mucho dinero, no entendía como no le pedía dinero o favores, y le fue a preguntar.
Se acerca, se queda de pie y le dice: veo que ya no me adulas ¿Por qué?
¿Para qué adular? Responde el hombre sentado al sol.
Si me halagas, y me dices palabras lindas y destacas mi inteligencia, elegancia y humildad podés conseguir mucho dinero.
¿Cuánto es mucho dinero? Le responde, mientras cambia de posición el hombre sentado.
Te doy la cuarta parte de mi fortuna, si me adulas. Dice el rico.
Es muy poco dinero, mis halagos cuestan mucho más dice el hombre pobre.
Te doy la mitad de mi fortuna, increpa el millonario.
Ahí estaríamos iguales en fortuna, por lo tanto ya no necesitaría adularte. Responde el pobre.
Te doy toda mi fortuna, por tus halagos.
Ahí el rico sería yo y vos me tendrías que adular a mi.
Por lo tanto ¿Para qué adular?
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Que todo sea para bien. Y Gracias por leer.
César G. Monteghirfo
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