¿Cuanto estarías dispuesto a cambiar?


Estos son solo 3 ejemplos; hay muchos más. Lee y luego decidís.

1. Todos conocemos la historia de Messi, quien, siendo niño, tuvo que aplicarse muchas (muchísimas) inyecciones debido a un problema de crecimiento. 

Estas inyecciones le ayudaron a desarrollarse físicamente, pero no lo hicieron buen jugador. Fueron cientos de horas de práctica, mucho más que la de los demás, las que lo llevaron a ser quien es hoy.

Pensalo: viendo su vida ahora, con sus mansiones, empresas y una familia linda, cualquiera estaría dispuesto a soportar el doloroso proceso que atravesó. Pero cuando era solo un niño, no tenía ninguna garantía de éxito. 

Por mil razones podría haberse quedado en el camino, como tantos otros. Sin embargo, decidió seguir.

2. Los luchadores de sumo, al empezar, no son los “gigantes” de 200 kilos que imaginamos. Muchos comienzan siendo delgados, pero logran llegar a esos pesos a través de una dieta estricta. No es que se llenen de bizcochos y pizza todo el día; siguen un régimen específico para transformar su cuerpo.

Todo esto lo hacen porque aman el sumo. Y aunque algunos alcanzan algo de fama y dinero, solo unos pocos logran destacar. 

Imaginate: ¿estás dispuesto a transformar tu cuerpo, tu vida, tu alimentación, a someterte a una disciplina física intensa, solo por el gusto al deporte, sabiendo que quizás nunca logres salir del anonimato.?

3. Una bailarina de ballet comienza su formación desde los 4 o 5 años. A medida que crece, sus profesores le exigen cada vez más, y con esas exigencias llegan también las heridas: dedos, uñas, pies, tobillos, rodillas, columna, todo soporta dolor. Cada paso tiene un costo físico.

Durante este proceso doloroso, nada es seguro, nadie le promete reconocimiento o éxito. Cada bailarina lo hace, simplemente, por el amor al ballet. Y si más adelante llega el reconocimiento o el dinero, genial. 

Pero mientras tanto, todo es esfuerzo, dolor, agotamiento, dedicación absoluta, una dieta rigurosa, etc.

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¿Hasta dónde estarías dispuesto a dejar de lado tu vida actual para cumplir tus objetivos, tus sueños o tus pasiones?

¿Te animarías a transformar tu cuerpo, soportar dolores y agotamiento extremo solo por algo que amás?

¿Serías capaz de abandonar tu vida tal como la conocés y modificarla por completo –tu país, tu ocupación, tu alimentación, tus límites físicos– sin una mínima garantía de éxito?

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Que todo sea para bien. Y Gracias por leer.

César G. Monteghirfo


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